En esta tercera entrega del Blog, se habla de un tema muy importante para las Pymes Colombianas y es el de la informalidad y la formalidad, se hace indispensable conocer a fondo estos conceptos ya que la informalidad se puede convertir para muchos en el mayor obstáculo en la apertura de los tratados de libre comercio pactados por Colombia.
LA FORMALIZACIÓN EMPRESARIAL CAMINO A LA PROSPERIDAD
CONFERENCISTA: SANTIAGO MATALLANA MENDEZ
Y
Y
LA INFORMALIDAD EMPRESARIAL
POR
JUAN CARLOS DURÁN
PRESIDENTE DEL FNG
***
Informe por Diana Lucia Betancur Bustamante
Según Durán [i]
La informalidad empresarial ha sido objeto
de constante interés por parte de las autoridades públicas y de quienes
estudian el desarrollo económico. Hay diferentes maneras de definirla y
abordarla. Algunas de ellas incluso generan confusión.
Por ejemplo, el DANE utiliza una
definición internacional según la cual son informales, entre otros, los
trabajadores de cualquier empresa que emplee diez personas o menos. Dado que
ese es precisamente el número de empleados que define a una microempresa, lo
anterior significa que se está presumiendo que todo trabajador de una
microempresa es informal. Lo cual, por supuesto, no se ajusta a la realidad.
Hay microempresas que están plenamente enmarcadas en la legalidad laboral,
mientras que hay empresas más grandes que utilizan prácticas informales. Esto
da pie para preguntarse, aunque no es el tema de este artículo, si no se está
sobreestimando el peso de la informalidad en el mercado laboral colombiano (el
llamado “subempleo” que aparece en las encuestas).
Recientemente Fedesarrollo publicó un
interesante trabajo sobre el tema (“La Informalidad en Colombia: Nueva
Evidencia”), en el cual se hace referencia a una definición propuesta por dos
investigadores extranjeros, según la cual la economía informal comprende las actividades
legales que generan valor agregado a la economía pero no pagan impuestos ni
están registradas ante las autoridades. Es una definición bastante afortunada,
que refleja bien la esencia del problema y que separa las actividades
informales de las actividades ilícitas, que son un mundo diferente.
La informalidad se asocia con una relación
ineficiente entre el Estado y las empresas. En términos económicos, la
informalidad es el resultado del análisis costo-beneficio que hacen las
empresas, al comparar los beneficios resultantes de evadir los impuestos y las
reglamentaciones laborales o de otra índole, con los costos derivados del
incumplimiento de la ley, como son el limitado acceso al sistema financiero y a
los mercados, junto con las posibles multas y la marginación de servicios
gubernamentales.
Desde el punto de vista del empresario, su
decisión de operar en la informalidad es considerada como la más ventajosa
puesto que, según su percepción, los beneficios directos de la formalidad no
son lo suficientemente altos como para superar sus costos. Así, por ejemplo, la
posibilidad de una sanción es vista como un riesgo menor frente al beneficio
económico de evadir las obligaciones laborales (prestaciones sociales y
contribuciones sobre la nómina). Por supuesto, esta ventaja individual para el
empresario tiene un enorme costo social que se materializa en la desprotección
de sus trabajadores en materia pensional o de salud.
Pero la informalidad también tiene sus
desventajas para el empresario que se mantiene dentro de ella: además de la
posibilidad de sanciones, que pueden llegar a ser muy graves para la viabilidad
de la empresa, una de las consecuencias más importantes de la informalidad es
la exclusión. El sistema financiero por lo general no ve con buenos ojos las
empresas informales. Aunque las entidades especializadas en microcrédito son un
poco más flexibles en esta materia, ello sólo permite el acceso a montos muy
limitados de recursos financieros. Las grandes empresas compradoras también son
reacias a trabajar con proveedores informales y otro tanto ocurre con muchos
programas gubernamentales, a los cuales solamente pueden tener acceso las
empresas formalizadas.
Los trabajos internacionales que se han
realizado sobre el peso de la economía informal como proporción del producto
interno bruto (PIB) muestran que Colombia se encuentra cerca del promedio de la
región latinoamericana, con un indicador del orden del 40%, por debajo del 60%
de Perú pero al mismo tiempo por encima del 30% de Argentina o del 20% de
Chile. Como puede verse, tenemos mucho camino por recorrer para acercarnos a
los niveles de nuestros vecinos más aventajados.
Del lado del ministerio comercio,
industria y turismo, con el apoyo de Unipymes, Santiago Matallana Mendez expone la situación
de informalidad en Colombia y lo que este importante ministerio con el apoyo de
instituciones como el SENA han hecho en cuanto a la formalización:
[i] DURAN, Juan Carlos. La Informalidad Empresarial. Tomado de www.garantiasdelcafe.com/informalidad.doc el 25 de mayo de 2012.
Para aquel que quiera profundizar aun más en este tema, el siguiente link corresponde a unos artículos bastante interesante
" Informalidad empresarial en Colombia: alternativas para
impulsar la productividad, el empleo y los ingresos" por
Mauricio Santa María Salamanca
impulsar la productividad, el empleo y los ingresos" por
Mauricio Santa María Salamanca
"Retos y perspectivas de la institucionalidad laboral
de América Latina" por
Jürgen Weller
"La formalización empresarial, prioridad
para la competitividad" por
Hernando José Gómez Restrepo
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